Alberto Corazón: “Hay vida inteligente en el diseño”

Alberto Corazón es uno de los diseñadores españoles con mayor carrera internacional. Ha sido premiado por el Arts Director Club de Nueva York, el British Design y el Design Council Internacional. Desarrolla su trabajo tanto en el área del diseño gráfico como en la de diseño industrial. Entre sus obras más conocidas se encuentran sus trabajos editoriales con Anaya, el logotipo de la ONCE y Mapfre.

En pocas líneas resumiré la entrevista que se le realizó a Alberto Corazón y que apareció publicada en MGZ, magazine de marketing, publicidad, diseño y posicionamiento.

Alberto Corazón relata que le fastidia que solo se le recuerde por logotipos. Nos cuenta como diseñó el logotipo de la ONCE. Dice que lo primero fue diseñar el cupón, convertirlo en un objeto y entonces fue cuando apareció la campaña de “el Cuponazo”. Lo último que hicieron fue el logotipo.

Hace una comparación entre la antropología y el diseño: “Precisamente el primer trabajo del antropólogo es mirar y deducir el comportamiento y los usos de lo que nos rodea: objetos, símbolos… y ese modo de mirar es lo propio del diseño”. Afirma que la mirada del diseñador es transversal y que no debe estar condicionada por nada. Corazón dice que es importante que un diseñador tenga una buena cultura musical, poética, literaria…

Alberto Corazón señala que debe haber una empatía entre el diseñador y el logotipo: “El diseñador empieza a moverse a partir de un encargo, y el compromiso con él debe se absoluto. Por eso hay una empatía en esos logotipos y si no la hay, rechazo el trabajo”.

Corazón indica que últimamente hay una filosofía, un concepto del diseño ligado a lo cotidiano muy interesante. Pero dice que el enemigo es la canalización y que existe por todas partes: en la música, en la literatura… Esta es una de las razones por las que piensa que los medios son en parte culpables de la banalización del diseño, por eso le parece importantísimo que exista un periodismo del diseño.

Corazón señala que vivimos en una época donde la búsqueda del éxito se da por la vía fácil, más comercial que artístico. Pone el ejemplo de los concursos, pues estos le parecen la forma más irresponsable de tomar decisiones: “Cuando el trabajo de diseño es de fondo exige una relación directa con el cliente. Él es quien va corrigiendo, perfilando y entendiendo, porque el diseño surge de nuestras manos, y si lo entiende, ese diseño seguirá creciendo y será una buena inversión”.

Y para terminar el resumen decir que Alberto Corazón piensa que ningún diseño es perdurable como tal en el tiempo: “El diseño tiene ese carácter de respuesta al entorno, y en la medida en que éste cambia, el diseño debe reajustarse”